México, 31 jul (Prensa Latina) Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), sigue ingresado hoy en un hospital por anemia, pero con un brazalete electrónico en un tobillo para mantenerlo vigilado pues podrá mudarse a una casa.
Lozoya es considerado testigo protegido por el Estado, pero él aspira a un estatus más beneficioso denominado criterio de oportunidad que puede significar no juzgarlo aunque se comprueben los delitos cometidos.
Por lo pronto, cuando le den alta médica puede mudarse a una casa, pero deberá acudir a firmar el libro de procesados el próximo 1 de agosto en el Centro de Justicia Penal federal con sede en el Reclusorio Norte, ya que enfrenta dos vinculaciones a proceso por delitos de operación con recurso de procedencia ilícita, delincuencia organizada y cohecho.
Fuentes judiciales señalaron que la defensa legal del exfuncionario, acompañado por agentes ministeriales y un actuario, acudieron al Hospital Ángeles del Pedregal, donde Lozoya Austin es atendido por Síndrome de Barret y anemia. Ahí los trabajadores de la empresa le colocaron el dispositivo electrónico.
El miércoles, luego de una audiencia de casi 14 horas, en la cual por segunda ocasión se le vinculó a proceso por delitos relacionados con la red de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, el abogado Miguel Ontiveros aseguró que el exdirector de Pemex permanecería en el hospital privado hasta mañana sábado.
Sin embargo, aclaró que esa fecha podría adelantarse e incluso reiteró que el señor Emilio Lozoya está dispuesto a denunciar a quienes instrumentaron a las instituciones del Estado mexicano, personas físicas y jurídicas, nacionales y extranjeras, y en su momento lo dará a conocer con nombres, cargos, hechos y circunstancias que rodearon el aparato organizado de poder que se alejó del Estado de Derecho.
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